Lujo e innovación: TAG Huer presenta su nuevo juego de relojes con diamantes artificiales

TAG Heuer, famosa empresa suiza de relojes de lujo, presentó el mes pasado en la feria Watches and Wonders de Ginebra un exclusivo reloj engastado con diamantes cultivados en laboratorio. El TAG Heuer Carrera Plasma Tourbillon Nanograph es una pieza conceptual, que no pretende ser un modelo comercial, sino más bien poner a prueba los límites de la aplicación de piedras artificiales a la relojería.

Según Frédéric Arnault, Consejero Delegado, el objetivo es hacer algo que nunca habría sido posible con gemas extraídas. "En el interior está la espiral de carbono, y en el exterior hay diamantes cultivados en laboratorio engastados en la caja de una forma que los diamantes naturales nunca podrían hacer". Las piedras se tallan en formas que encajan con los biseles de la caja, por lo que pueden engastarse perfectamente en ella.

Pero no sólo se utilizaron gemas de laboratorio para la caja. La esfera está rociada con "polvo de diamante" artificial, los índices están hechos con gemas de laboratorio y la corona es básicamente un único diamante cultivado y tallado con la forma requerida. "Una vez que comprendimos que necesitábamos utilizar las formas que sólo los diamantes cultivados en laboratorio podían producir, se liberó la creatividad para hacer algo totalmente nuevo", dice Arnault.

"Cuando se trata de nuevas ideas, la relojería en su conjunto puede estar anquilosada... pero la innovación avanza. No hay nada que se le parezca. No me sorprendería que este reloj marque el comienzo del dominio de TAG Heuer en la aplicación de diamantes cultivados en laboratorio en aplicaciones relojeras", escribe Cole Pennington, editor de HODINKEE, en su artículo sobre la pieza.

En total, hay 10 quilates de diamantes cultivados en laboratorio utilizados para el Carrera Plasma. Según Arnault, se fabricarán menos de una docena de estos relojes, que se dice estarán disponibles este mes. Se espera que el precio de una pieza se acerque a los 500.000 francos suizos (unos 535.000 dólares). Este ejemplo demuestra que es posible crear joyas exclusivas de gama alta con piedras cultivadas en laboratorio. Los diamantes artificiales, cuando se utilizan como material fresco y precioso, permiten crear piezas únicas que no tienen por qué rebajar el estatus de quien las lleva ni ser meras joyas de moda.